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España nos duele. 2, Nosotros

Lo peor es darse cuenta de que estamos en un país, un mundo, construido según las necesidades de las grandes empresas y de los bancos, de las superestructuras políticas y económicas. Un mundo donde lo que está fuera del beneficio no importa, el ser humano es una categoría caduca que no sirve nada más que para rendir según se necesita. Y ante esa realidad, me destroza tanta decepción ante una inmensa parte de mis conciudadanos.

De joven yo creía en el hombre nuevo: libre, independiente, consciente, solidario, etc., que en realidad entendía a mi manera. Y efectivamente se ha construido uno nuevo, lo malo es que no tiene nada que ver con aquél, es muy viejo pero muy exagerado. Un ser aborregado como nunca lo ha estado, miedoso, conformista, consumista, egoísta, sumiso, desclasado (porque aunque nos quieren engañar sabemos que nunca ha dejado de haber clases ni lucha entre ellas), etc. Y esto cada vez va peor.

En las últimas elecciones municipales, yo venía durante meses decepcionado con el 15M, que había sido mi vida durante cuatro años. En realidad decepcionado con los que nos íbamos quedando cada vez más solos en las plazas. Conmigo por seguir ligado a algo vacío por todo lo que había sido capaz de dar a luz el movimiento que había seguido su propio camino, y porque su momento como movimiento había terminado. Porque íbamos encerrándonos en nuestra mismidad, aislado de todos y, sobre todo, de la gente.

Y por otra razón que luego reflexioné: No he entendido cómo los movimientos sociales, el 15M en particular, quieren mantenerse al margen de los partidos, de las instituciones. ¿Para ser vírgenes? Ellos, nosotros, encerrados en nuestras reivindicaciones, que vamos despacio porque vamos lejos, que no hay pan para tanto chorizo, etc. La PAH sólo es el problema de la vivienda, las organizaciones que se rebelan por la situación de los refugiados, sólo reivindican su tema, quien está contra la represión sólo se ocupa de lo que tenga que ver con eso. Etc. Es relativamente comprensible porque hay mucha tarea en cada pequeño ámbito. Y eso también pasaba en las mareas, cada una consigo misma, y sin tener la misma actitud aguerrida contra el gobierno. Así luego llegaban las elecciones y nos lavábamos las manos.  Me considero bastante ácrata,  con convicciones bastante autogestionarias, pero no rechazo el voto tal vez por mi educación comunista, ni mucho menos, al menos mientras siga decidiendo ese voto, como lo hace, quién nos administra en el futuro inmediato. Creo que los movimientos también han de definirse sobre el mejor gobierno que prefieren, aquel que se acerca más a sus objetivos, y pelear por él. Seguro que hubieran sido las cosas de otra manera, si desde un primer momento el 15M, desde fuera, hubiera apoyado a una o dos opciones, eso sí, creando simultáneamente los mecanismos de control, que es lo que les falta a los partidos en relación a sus bases y a la población consciente en general. Por eso yo creía en la asamblea vecinal, o popular, o ciudadana, como poder paralelo, de control y de apoyo.

Pues yo venía de ahí, y creía que Podemos era lo que hacía falta, y me embarqué en la nueva aventura. Hasta que en plena campaña oficial de las elecciones locales abandoné mi activismo, tanto local como comarcal. Por un conjunto de decepciones.

Porque la gente con la que estaba no quería hacer algo nuevo (hacer una candidatura independiente basada en una asamblea popular, abierta), sino que andaba en lo de siempre: llegar al poder (mezquino, eso sí), aunque fuera con un proyecto mediocre, vulgar, y como grupo menguado manejado por personalidades de la vieja escuela. Cuando yo encabezaba la candidatura alguien manifestó que eso de la asamblea ciudadana sólo era una estratagema porque en realidad éramos Podemos, y todos lo aceptaron, conmigo de viaje. Es decir, que estaban engañando a la gente. No era mi sitio y lo dejé. Algunos, en la actualidad, siguen procurando hacerme daño porque ellos me consideran traidor. Y es que ir limpio siempre duele a los que sólo saben ir por detrás.

Porque Podemos ya empezaba a fallar, jugando a la estrategia que sólo algunos comprendían de no hacer candidaturas Podemos o no hacer candidaturas unitarias bajo su auspicio.

Porque la gente que se acercaba interesada en nuestro proyecto, y parecían participar en él, (recuerdo hacer el idiota tratando de convencerles de lo que representábamos), en realidad participaban, en secreto, en la formación de una candidatura distinta.

Porque la práctica de mucho tiempo actuando en la calle te muestra a tus vecinos indiferentes a las actividades; nunca suman, seguramente porque temen que le saques de su comodidad, te rechazan por tener convicciones, o porque te ocultan igualmente que andan en otras historias.

Y me estoy refiriendo a mis conciudadanos que tienen una mayor o menos conciencia política, cívica, que saben que mejor para ellos es que gobiernen unos, no que gobiernen otros. Naturalmente no a los que viven engañados y votan lo que aprenden de no saben dónde, que se creen aquello que les dicen desde el poder, aunque no entiendan que esos van a gobernar contra sus propios intereses.

Esa desilusión se ha ido confirmando viendo cómo se ha vaciado la calle, cómo se ha dividido el activismo, cómo Podemos es un partido más (necesario, útil para los anhelos progresistas, renovador, pero construido a semejanza de los demás, con muchos de sus vicios y de sus errores). Que la izquierda no levanta cabeza. Que estamos sumidos en demasiados protagonismos, en demasiados prejuicios, en demasiadas verdades salvadoras, en demasiados sectarismos. Y, enfrente, un enemigo tremendamente poderoso porque cuenta con una filosofía fácil que es el pensamiento único y sensiblero, y con todos los medios importantes para encajarlo en todas las mentes; un enemigo que son las grandes corporaciones y los grandes bancos y la Iglesia y los medios de comunicación de masas, y los partidos que se deben a ellos.

Lo voy a decir más claro, para que se entienda perfectamente y no haya dudas: Lo que estoy diciendo es que si tenemos que pagar las medicinas que no pagábamos, incluidos los enfermos crónicos; si la atención de la sanidad pública ha empeorado sensiblemente y va a seguir empeorando y lo sabemos quienes no tenemos dinero para una sanidad privada; si las pensiones están en peligro y es casi seguro que alguna paga extra del año próximo alguien que no son los pensionistas se la va a comer, para empezar; si la educación es un caos que no satisface a nadie dentro de la comunidad escolar salvo a los intereses privados y semipúblicos que es lo mismo, y los estudiantes cada vez están más perdidos y sabiendo que sólo les dejan estudiar si sus familias tienen dinero y con el exclusivo objetivo de servir a las empresas; si los derechos ciudadanos se han visto limitados sensiblemente y van a seguir por ese camino; si los refugiados no son considerados personas en nuestro país, y en todo caso son sólo materia para el negocio y animar sentimientos racistas e insolidarios; si la cultura sólo merece atención cuando es sinónimo de entretenimiento, y para que entrar en profundidades en un ámbito que parece no importarle a nadie; si los impuestos más gravosos son para los trabajadores; si esos mismos trabajadores cada vez van a estar más a expuestos a la miseria porque en el inmediato futuro a las reformas laborales que se han cargado sus derechos le van a seguir más medidas contrarias a sus intereses porque para eso se firma el TTIP y el CETA, que a ver si nos enteramos de qué va, que va siendo hora; cuando se protege y perdona las deudas o los «errores» de los multimillonarios, de los mangantes y de los que han saqueado las cuentas públicas o no han cumplido como mínimamente se les exige; si la justicia está al servicio del gobierno y así va a seguir siendo y además para qué su modernización si sólo puede favorecer que no se sigan cometiendo injusticias debido al desesperante paso del tiempo; si la Iglesia es ése poder desalmado e insensible al sufrimiento social, que chupa bien de la teta del estado porque es un aliado impagable; si no se trabaja implacablemente para paliar el atroz salvajismo de la violencia machista, ni para controlar la homofobia desatada;  si las mujeres van a estar cada vez más lejos de igualarse a los hombres en salarios y en derechos; si el derecho a la vivienda va a seguir siendo pisoteado sangrantemente y familias enteras sólo sobreviven gracias a la PAH y organizaciones que las ayudan, frente a la maldad perversa del estado canalla; si una policía encargada de proteger a la casta dirigente de la gente con conciencia, va a aumentar hasta el absoluto su impunidad; si va a perpetuarse el maltrato a nuestro medio ambiente que pone en peligro el futuro de nuestros nietos, a nuestros animales que también se merecen el respeto y el cariño humano y a nuestra salud que no se cuida en lo que respecta a la comida, a su entorno ni al esfuerzo investigador; si la idiotez va a seguir gobernando el país; si se lo van a seguir llevando crudo algunos jerifaltes; si los partidos van a seguir siendo máquinas de hacer millonarios o meros conservadores que viven en otra dimensión de nuestro país; si Mariano Rajoy y los demás dirigentes del PP, si Esperanza Aguirre y todos los vividores del PP, si Felipe González y todos los que chupan por ser del PSOE, si Pepe Blanco y todos los burócratas de los partidos, si los que se hacen de oro aprovechándose de que son de izquierdas… si toda esa gentuza son la medida de la inteligencia y el sentido colectivo de nuestra sociedad; si el ejército es el área del gobierno que incrementa más el presupuesto; si nuestro gobierno va a seguir vendiendo armas incluso a quienes las convenciones internacionales prohíben que lo haga; si esto es una mierda…

Si suceden y van a suceder tantas y tantas cosas que se me olvidan en este momento, impunemente, despierta imbécil, que es por tu culpa aunque tú lo vayas a sufrir o lo estés sufriendo igual que yo.

¿Decepción? Lo único que me salva de caer en ella por completo es que siempre se aprende algo. Y reconocer con nitidez la realidad, siempre es un buen punto de partida.

1 comentario en «España nos duele. 2, Nosotros»

  1. Entiendo tu decepción… Yo aprendí, que el modelo que nos sustenta, envuelve, alimenta y construye, es principio y fin del problema. Que nada puede cambiar desde el mismo. Ninguna acción, idea, que comparta su forma y estructura producirá cambio y mucho menos el cambio que muchas llevamos en nuestros corazones.
    El cambio está en nosotras y hay que seguir explorando nuestro territorio, qué es múltiple en paisajes. Intuyo que son las preguntas y la mirada la que traerá las respuestas que necesitamos. Si cambiamos nosotras, será el cambio (hoy no encuentro otra senda).
    Un abrazo

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