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Esperanza Aguirre, repita conmigo, «soy de la casta»

Repita conmigo, Esperanza Aguirre, condesa consorte de Bornos y grande de España: “los del Partido Popular tenemos que condenar de una puta vez el franquismo y dejarnos de acusar a los demás de lo que somos nosotros, amigos de los dictadores con quienes nos encanta hacer negocios”.

La estrategia de los dirigentes del PP es identificar Podemos con terrorismo y con el objetivo de implantar una dictadura comunista en España siguiendo el modelo del chavismo o del castrismo.

Tanto discutir sobre ETA como sobre Cuba o Venezuela no es un asunto baladí que se resuelva de un plumazo desde prejuicios que alimentan condenas absolutas sin consentir argumentos para su defensa o para la matización de sus respectivas historias. Pero, claro, todo eso de la racionalidad y del sentido común no les importa a los políticos de la derecha que deambulan por la vida pertrechados de una negación total de todo aquello que pudiera, incluso remotamente, poner en cuestión sus privilegios económicos, que es lo único sobre lo que les han educado perfectamente en aras a su defensa y perfecto desarrollo.

Una discusión sobre esos temas hay que desarrollarla con tranquilidad y con un intento de veracidad, de datos reales, no como arma arrojadiza para destrozar al enemigo.

Además, partiendo de que desde luego lo que Podemos quiere para España no se parece a lo que viven Venezuela o Cuba en aspectos ligados a la libertad, sino más bien todo lo contrario. Porque Podemos lo que anhela es que España alcance un nivel de democracia real, que exige de mil fórmulas para la participación ciudadana, que ahora se niegan tajantemente. Y cuando se habla de intervención estatal en los medios de comunicación, si acaso, no es para limitar la pluralidad, sino para todo lo contario, para romper con la dinámica de muchas grandes empresas que responden como la voz de su amo a los mismos designios de empresarios que sólo pretenden más dinero para sus arcas. Eso sí es monolitismo ideológico, aquello que casi ya no se dice de lo políticamente correcto, ésa es su definición de libertad de expresión. Aquello que se sale de ese esquema, el suyo, es terrorismo.

Pero ellos no están entrando al discurso de Podemos, reflejado muchas veces por su cara más visible, Pablo Iglesias, sino que se limitan a fomentar la caricatura que han construido porque precisamente ese discurso, ese proyecto en construcción les aterroriza y, como si fuera una risa nerviosa, se les ha marcado un tic de condena para lo que manejan lo que sea, venga de donde venga y sea cierto o no, en todo o en parte.

Pero hablando de España y de dictaduras, sin hacer referencia a la supeditación a China del gobierno español, que le ha obligado a reformar la ley de justicia universal hasta dejarla hueca, a Teodoro Obiang o al rey de Marruecos, como lo demuestran los respectivos viajes del presidente y de nuevo flamante nuevo monarca, por ejemplo, o la venta de armas sin mirar a quién. ¡Yo qué sé! Pero todo eso entra de la normalidad democrática, al parecer. Digo que, hablando de España y de dictaduras, y es un consejo para ese debate eterno que vas a tener, Pablo, recuérdales que el Partido Popular en España, sin ir más lejos, todavía no ha condenado la dictadura franquista ni el golpe militar de Franco, que sumió el país en una sangrienta oscuridad de 40 años, que son ellos, herederos de ese régimen tiránico, quienes impiden la dignificación del bando perdedor, que era el bando legítimo, hasta el extremo de no consentirles recuperar los restos de sus familiares y amigos, caídos en las cunetas y en los muros de los cementerios.

Resulta que ellos, los líderes del partido Popular, que han trasportado la dictadura de los mercados a España, que son los representantes del franquismo en el abanico político de la actualidad, que no se atreven a reivindicar públicamente pero que no son capaces de condenar, se reclaman máximos adalides de la democracia, de la pluralidad, de la libertad.

Pues va a ser que no, que sobrevolando mentiras, cinismos y demagogias, sabemos quiénes son y qué es lo que pretenden. Va a ser que lo que nos repetimos cada vez que la vemos, señora Aguirre, es que usted es uno de los más emblemáticos representantes de la casta.

1 comentario en «Esperanza Aguirre, repita conmigo, «soy de la casta»»

  1. ¿No crees qu estás hablando de la próxima candidata a la presidencia del bogierno del PP?
    Pregunto.
    ¿Pueden ser celos de sigla?
    Acabo de caer en que si PODEMOS se tuviera que escribir en sigla, sería también: PP (al ser un plural).

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