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La última del PSOE (Hacia las nuevas elecciones)

Sólo un milagro (y no necesariamente alemán, aunque quien sabe) puede salvar al país de unas nuevas elecciones generales. Cada uno de los partidos se mantiene en sus trece. Tal vez sea que son testarudos o que se mantienen en su sitio, defendiendo los intereses que representan. Cada uno echando la culpa de la nueva convocatoria a su demonio particular. Para los atentos, este período de desgobierno ha sido revelador, o ha constatado las verdades que uno ya sabía. Ahora se trata de elegir, procurando elegir mejor, de acorde con lo que uno es y necesita en la sociedad.

Lo peor de todo ante la nueva convocatoria es el desánimo. Y es, precisamente, lo primero que nos surge a muchos. El “ya está bien” que te anima a mandarlos a todos a la mierda, porque ninguno es aquello que uno votaría con el corazón, con las tripas, con la cabeza, con el pleno convencimiento y la seguridad de que siempre te va a representar, porque hasta los más cercanos seguro que te han defraudado en algún momento, a no ser que seas militante o veas el asunto como una lucha sagrada entre distintos fanatismos.

Pero me parece que no es bueno caer en ese estado. No me refiero a los abstencionistas por principio. Para los que votamos, abstenerse es volvernos indiferentes ante lo que salga de las urnas, sabiendo que, a pesar de cualquier reflexión que cada uno puede hacer, no es lo mismo que en el gobierno estén unos que otros.

Analicemos  a vuelapluma la cosa. Rajoy grita que la culpa la tiene Sánchez por no aceptar siquiera hablar con él, teniendo en cuenta que lo que hay que hacer es la Gran Coalición; Rivera que la tiene Rajoy, un poco por lo mismo pero exigiendo otra dirección al frente del PP por aquello de no mancharse las manos; Sánchez que es de Iglesias, que no quiere echar a Rajoy del gobierno con tal de no avenirse a su pacto con Rivera; Iglesias que es de Sánchez porque no ha querido hacer el gobierno de izquierdas; y Garzón, desgraciadamente, no tiene demasiado peso en esta historia, sólo puede funcionar de acicate de Iglesias, aunque siempre ha mantenido la dignidad y el programa.

Creo que Pablo Iglesias y su equipo lo han hecho fatal en las formas. Se han mostrado como unos novatos altisonantes que no se daban cuenta de que estaban en la hora de la negociación, con todos los estamentos del poder en contra. Pero su mensaje ha sido claro y coherente, convocando a un gobierno de izquierdas. Ellos han propuesto desde el principio, y hasta el final, algo que se podía hacer: un gobierno a la valenciana.

También los demás han dejado claro quiénes son y a qué o quién se deben. Por ejemplo hemos comprobado lo que ya se sabía, y que el propio Sánchez calificó durante la campaña electoral: que Ciudadanos son las juventudes del PP o, dicho de otra manera, su ideología es calcada a la del PP, salvo detalles que no cambian mucho las consecuencias. También que Rajoy miente y engaña con la sabiduría necesaria para engatusar a las masas, por supuesto incluidas las desfavorecidas contra las que aplica luego sus políticas, contrarias a sus necesidades.

Izquierda Unida se ha mantenido en un discurso nítido.

Y El PSOE. A mí me parece que la clave está en el PSOE. En Pedro Sánchez, pero sobre todo en la dirección del PSOE, y en sus militantes que consienten la que podría ser la última traición de su historia a las clases trabajadoras.

El PSOE ha tenido en su mano la formación del gobierno (incluso aún la tiene).

Sí, podría haberse comportado como lo que es, partido del sistema, partido de centro, partido de orden, partido de la actual Europa, y haber favorecido un gobierno de Rajoy, o haberle ofrecido un pacto para que asumiera una presidencia socialista. Pero ha decidido sellar un pacto inamovible con Ciudadanos (la marca blanca del PP) y luego sentarse a esperar si por delante de él pasaba algún otro cadáver.

O podría haber formado el gobierno de izquierdas que Izquierda Unida y Podemos le pedían, siguiendo lo que su historia y sus siglas indican. Era muy fácil. Era sentarse con esa intención y negociar.

El argumento que esgrimen ante la incapacidad para formar gobierno ha sido culpar a Iglesias porque no está dispuesto a echar a Rajoy. Y claro, eso no se lo cree nadie. Porque claro que quiere echar a Rajoy, se le ve igual de interesado que el que más, pero afortunadamente no a costa de un gobierno similar, un gobierno de centro derecha, o de derecha pura.

El otro argumento ha sido el de que no había votos para un gobierno de izquierdas, cuando todos vimos en el debate que sí los había porque sabemos sumar. Y es que ellos se niegan a formar gobierno si los independentistas se abstienen. Lo que me parece de un cinismo demoledor.

El PSOE ha querido un acuerdo, sí, pero todo el rato de centro derecha. El PSOE ha acordado con el PP y Ciudadanos el gobierno de la cámara, incluido el de la Cámara que va a permanecer hasta la próxima convocatoria. Por ejemplo. Esa Santa Alianza que se invoca es un hecho. Lo que no se atreve el PSOE es a declararla oficialmente. Pero oficiosamente todo el mundo lo sabe (menos algunos). El PSOE forma parte ya de la España más rancia, de la España más conservadora, la que se personifica en Felipe González. Sólo le queda una parte cada vez más pequeña de militantes para defender su “s” de socialista. El PSOE está obligado, por sus intereses financieros, sus colegas europeos, por los poderosos a los que también se debe, a frenar a la izquierda de este país, esa es su verdadera misión. Y eso es lo que ha hecho durante esta miserable pantomima de parecer que habla con unos y con otros.

¿Alguien le va a creer?

Yo sí voy a volver a votar, por supuesto, y votaré, como siempre, a la izquierda, aunque no me guste demasiado, porque es necesariamente la que más cerca está de mis inquietudes, de mis alternativas sociales y económicas para la sociedad, de mis principios y de mis sueños. Así que confío que se haga una alianza que una a Podemos e Izquierda Unida para tratar de sacar más votos que la derecha, y que al fin llegue ese gobierno de izquierdas que la mayoría de los españoles necesitamos.

3 comentarios en «La última del PSOE (Hacia las nuevas elecciones)»

  1. El cerebro me sugiere votar la posible alianza de izquierdas: Podemos-IU-Otros grupos. Sería una gozada que esta alianza superase al PSOE. Las cosas quedarían claras para todo el mundo, aunque para muchos ya lo están. El corazón me grita, me conmina, a que deje de jugar a esta pseudodemocracia, en la que la única política que realmente se puede hacer, es la que dictan los que de verdad tienen el poder. El corazón me dice que mande a la mierda el sistema, pero ¡ay! el sistema no me deja.

  2. ¿Por qué la izquierda ha sido siempre tan burra? Nunca ha estado unida. Bueno, unida,sí, en los papeles. Pero en las reuniones,que es donde se toman decisiones,cada partido(sus representantes)mantenía y mantiene su postura, sus ideas, y así es difícil llegar a acuerdos.Una vez se llegó a formar Un Frente Popular con el que se acudió a las urnas.Se ganaron las elecciones. La derecha no lo consintió y todos sabemos los resultados.¿Será por eso? ¿Será miedo al pasado?
    Por otra parte, tenemos a Felipe González, que no sé si alguna vez fue socialista, pero, hoy por hoy, ni es de izquierdas, ni es humano, ni es español aunque haya nacido en España, que aún tiene mucho poder en su partido.

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