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Vamos para atrás

Salvemos a las abejas. Protejamos el Ártico. Venta de los medios de comunicación a los capitales. Saqueo de las propiedades, empresas y servicios públicos. Omnipotencia del capital financiero. Corrupción generalizada, o mejor: sistema corrupto. Cinismo permanente, burla constante de los ciudadanos. Futuro tintado de pesadilla. Desajuste climático por la acción del ser humano. Vivimos el espejismo de la sociedad del bienestar para luego retroceder, cada vez más, a la sociedad esclavista. Países enteros se mueven por flujos de desplazados que nadie quiere…

Lo peor es que todo sucede vertiginosamente ante nuestros ojos. Dándonos cuenta, pero impotentes, o inconscientes. Como un corrido que te llena de lágrimas por golpeteo sucesivo de sentimientos refrenados, para luego secártelas con un nuevo trago de whisky y olvidarte que has sufrido.

Hace unos años yo me preguntaba, como supongo que lo haríais todos vosotros, por qué no estaba incluido el cuidado de la boca en la Seguridad Social, cómo nuestra sanidad mantenía al margen de su atención lo referido a una parte esencial de nuestro cuerpo, que tantas consecuencias tiene en otros órganos, y tanto dolor provoca. Era algo que se explicaba, y se explica, por el poder, al parecer, de la industria de ese sector; y se convertía en reivindicación sorda que ningún partido llevaba en su programa, y en ilusión legítima por conquistar.

Ahora eso suena a broma. ¿Que nos vamos a preocupar de que la atención dental se incluya en la sanidad pública cuando ahora tenemos que pagar muchas medicinas que antes eran gratis, cuando lo que necesitamos son más médicos porque los que están tienen masificado su trabajo, cuando tardan tanto las operaciones, etc? No, ahora la sanidad pública tiene muchas reivindicaciones más importantes; si bien eso no es óbice para que la atención dental entre en los programas de los que van a llevar los asuntos públicos en el futuro.

¿Y eso? Porque hemos retrocedido. Y lo hemos aceptado. Algunos gritando en la calle, la mayor parte de la gente soportando en silencio todas las medidas en su contra. Sí, lo hemos aceptado, así están las cosas. Hemos retrocedido en derechos, en condiciones económicas, en reglamentación laboral. En todo. Y ya está. Lo hemos aceptado. Unos pocos protestando, la mayor parte de la gente, callada, sumisa.

¡Es tan larga la lista de necesidades! ¡Y cómo sigue creciendo!

En algunos ayuntamientos se está demostrando que algo se puede recuperar, que se puede volver a avanzar. Pero hay cosas que ya se han perdido para siempre, por ejemplo propiedades públicas que los que son elegidos con la intención de lucrarse han vendido a sus amigos.

Claro que se puede dar la vuelta, desandar el camino negativo y reanudar una marcha decente, claro que sí se puede, pero sólo ocurrirá si esa “mayor parte de la gente” despierta, se quita el miedo y la modorra y levanta la cabeza. Y no sólo vota a los que defiendan sus intereses y no a los contrarios, sino que toma en sus manos las riendas de sus asuntos. Mientras, los poderes reales observando cómo se cumplen sus caprichos, cómo se obedecen sus designios.

5 comentarios en «Vamos para atrás»

  1. Llevo tiempo pensando en la «distancia». Me explicaré porque es muy sencillo. He visto protestas estos años. He oído declaraciones más o menos furibundas, he visto a la gente en las calles, he escuchado, visto, leído, por ejemplo las manifas en defensa de la Sanidad pública, en defensa de la libertad de Grecia, en defensa de la libertad de las mujeres.

    Y luego están ELLOS.
    Luego hay reuniones, comisiones, en Europa, en España, tratados, ajustes, «todolodemás».

    A Grecia no le sirvieron de nada las elecciones más libres que ha tenido Europa.

    Somos «La Gente» contra algo que no está definido. Que no tiene rostro. Eso que llamamos el Sistema y que en ningún caso nos ve.

    No existimos, Víctor.
    Somos estadísticas.

    Y no hay solución para las estadísticas.

    Un abrazo.

  2. Lo primero, para poder ir librándose un poco de esta servidumbre, es comprender que uno forma parte del Sistema.Es decir, que uno es un siervo que sirve a la ley del Señor(al Dinero), y ELLOS también sirven al Señor. ¿Qué sino hago yo cuando pago a Hacienda, consumo cachivaches, trabajo, veo TV, voy al fútbol,doy formación empresarial, enseño a l@s niñ@s a obedecer las normas, etc, etc? Hago lo que está mandado hacer. El que hace todo esto en su vida cotidiana es la parte de uno integrada en el Sistema, que tiene que vivir en el mundo real, es decir, fulanito de tal, con DNI tal, que vive en tal sitio y tiene tantos hijos…, esto es, la parte conocida de uno. El mundo real es real, pero falso. Afortunadamente, uno nunca es uno, al menos es dos. Y la otra parte,la desconocida, es la que está despotricando del sinvivir en que uno vive. Por ahí es por donde se puede respirar un poco. O no. Porque hay gente que raras veces le permite a su lado desconocido hablar, sentir; está tan integrada que cuando en una reunión de amigos o compañeros, o conocidos uno toma una posición crítica y le da caña al tema, enseguida te dan de lado, no se sigue la conversación, se evita el ataque al asunto, y es molesto para esa gente que te tilda de radical, filósofo, o lo que sea.
    Tómese por ejemplo la Enseñanza Pública. Al respecto las reivindicaciones ya son conocidas: Escuela pública para todos, más profesores, menos alumnos por aula, etc, cuestiones todas de orden cuantitativo. Pero cuando uno se lanza al lado cualitativo, es decir, cuando uno le dice a los contertulios: «vale, pero dónde está lo cualitativo?» Ponen cara de extrañeza como si esto fuera una cuestión sin importancia. ¿Lo cualitativo? Si: ¿Qué pasa con lo que le enseñamos a l@s niños y jóvenes? ¿Va a ser una escuela pública donde se enseñe toda esa basura que los muchach@s llevan en sus mochilas, que no sé ni como pueden sostenerse algunos en pié? ¿Una enseñanza con todo el rollo ese de las Patrias, la Democracia, los Políticos, el dinero, el Emprendizaje, el matrimonio o la pareja, la moda, etc etc? Es decir, lo mismo que se enseña en la enseñanza privada? Y entonces silencio total, se acabó la conversación, ya no hay más que hablar. y es que claro, todo eso toca de lleno a la función que los docentes cumplen en el Sistema, porque ellos son un elemento esencial del Sistema. Y no pasa nada; sencillamente es hablar de cómo cumplimos esa función, el cometido que tiene, y qué otro tipo de contenidos se podrían dar, y cómo darlos…NADA. ESTO ES PELIGROSO PARA EL INDIVIDUO INTEGRADO. Así que lo que se trata de reivindicar son cosas asimilables por el Sistema. Reivindicar otro tipo de enseñanza ni se plantea. Eso pone al indivíduo en un aprieto. Porque efectivamente: ATACAR AL SISTEMA ES ATACARME A MÍ MISMO como parte de él. Y eso es muy duro para la personita de cada uno. Por esto y otras cosas más, la TECNODEMOCRACIA es el sistema de dominación más perfecto que haya existido hasta ahora. Pero no eterno.

  3. Estuve 14 años dando clase. Pocos, porque mi salud no me permitió más.
    Empecé en el 92 y lo dejé en el 2005 más o menos.
    Bueno, yo no sé si estuve como profe integrada en ese sistema tan bonito, pero por ejemplo me negué a hacer exámenes; las clases que yo daba eran absolutamente participativas,daba lengua castellana y literatura, en FP, secundaria y Bachiller.
    Di clase durante mes y medio a presos que querían sacarse ya no recuerdo qué titulo en la escuela de hostelería del Lago( Madrid). El día que llegaron llegaron con uno de la pasma acompañando. Entró con ellos en el aula y encima los presos iban esposados.
    Le dije que yo así no daba clase a nadie.Que mi clase era territorio mío, que les quitara las esposas, y que hiciera el favor de esperarnos fuera del aula.
    Me hizo caso. Me preguntó que si «no le da miedo», y le dije que «yo respondo de mis alumnos, y ellos son eso aquí, alumnos».
    No sé si eso es ir contra el sistema, pero creo que al sistema no se le derriba con grandes teorías sino con actos pequeños.
    Saludos cordiales.

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