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Balance electoral, y 4. Al lío. El futuro.

Los políticos de siempre y los periodistas que quedan en la escena laboral no entienden a Podemos (generalizando). Aquellos sólo quieren saber, ahora, quien es el nuevo presidente de gobierno y quienes van ocupar las respectivas sillas ministeriales, mientras da la impresión de que Podemos habla de otra cosa. Tal vez sea sobre todo un deseo, pero sus palabras, las de Pablo y las de Íñigo, están ahí y expresan una búsqueda de acuerdo en cinco puntos programáticos, restando importancia a pactos y acuerdos para formar gobierno, incluso proponiendo un presidente provisional, independiente de consenso. Que suena inteligente aunque muchos (contertulios sectarios, políticos cuyo interés es tener el bolsillo lleno y otros pasados de rosca, la derecha, además de periodistas vendidos) lo desprecian.

Sí, es un momento histórico, aunque tal vez tengamos que ralentizar un tanto el paso, y aplacar nuestros deseos de que la ruptura con el tiempo viejo se cristalice de una vez por todas, y ya.

El resultado eriza varios asuntos:

En primer lugar la necesidad de un cambio. No sólo Podemos ha conseguido un resultado espectacular, situándose en un año como tercera fuerza a nivel nacional, recogiendo los anhelos de una gran parte del pueblo, indignado, sino que Ciudadanos, el repuesto chic de la derecha, obtiene un resultado excelente, aunque no sea tanto como se esperaban. Pero además, Convergencia, en coalición electoral, ha sido desbancada, no sólo por Podemos, sino por Esquerra. Todo eso significa que el mapa político ha sufrido una sacudida tremenda, tan necesaria como complicada de manejar (lo cual no es negativo para un buen modo de administrar la sociedad).

En segundo lugar, si eso sucede en escaños, también ha pasado en votos, siendo la izquierda mayoría. Y así, señor Rajoy, que gobernase la lista más votada no sólo es imposible porque este régimen es parlamentario (al menos de momento) muy a pesar suyo, sino que es antidemocrático porque sería gobernar contra la mayoría. Eso lo saben hasta los estudiantes, a pesar de haberse quedado sin Educación para la Ciudadanía, que tanta falta hace en esta sociedad (desde luego inmensamente más que la religión).

Y en tercer lugar, y aquí volvemos al principio, es el momento de un gobierno, claro, de un cambio de gobierno, por supuesto, de repartir carteras ministeriales, está bien, pero sobre todo lo es para sentar las bases iniciare una profunda transformación en el sentido que marca Podemos, que es el único (de las cuatro fuerzas dominantes) que ofrece una senda.

Un camino valiente y decidido, del que espero que no se apeen salvo por breves y necesarias modificaciones (en tiempo y contenido) de coyuntura pactista. Porque me parece que no es buena idea (para el país) postergar un gobierno yendo a nueva convocatoria electoral, que todo lo aplaza y lo deja en una nueva incertidumbre que puede ir muy bien a la izquierda, pero también puede ir muy mal, porque no se sabe de los bandazos del caprichoso electorado, sino que es preciso avanzar todo lo que se pueda, como se está avanzando de manera firme en los ayuntamientos liberados. Y si todavía no se puede (por la correlación de fuerzas) imponer un referéndum (imprescindible) en Cataluña, sí puede ser el tiempo de derogar medidas que tanto daño han hecho, como la Reforma Laboral o la Ley Mordaza, democratizar la ley electoral, cambiar algunos aspectos sustantivos de la Constitución, etc. Es decir, sí se pueden negociar al alza otras medidas que la mayoría de la población (incluida la mayoría de la catalana y de la vasca) ha exigido con sus votos. Seguro que Ada Colau lo va a entender, y con ella, quienes les han votado en esos territorios nacionales.

Sí, cada vez Podemos tiene más votos, pero no puede meter la pata, porque si no, comenzará a retroceder. Tiene que conseguir que el resultado de estas elecciones se noten en conquistas, en recuperaciones, en medidas en favor de la gente, y no en un doloroso aplazamiento de lo que tiene que llegar.

Hay que avanzar. No se puede actuar como a uno le gustaría: que las fuerzas reaccionarias del PSOE se imponen para que no haya referéndum porque eso es (no se sabe si quieren confundir o es que ellos se confunden) romper España, que es lo que quiere Podemos, pues ni agua. No, no se caiga en posiciones maximalistas que estanquen el progreso. Avanzar con el PSOE porque apoyar a Sánchez de presidente significará que se han logrado un buen puñado de cosas, que ellos han prometido y a lo mejor no las harían de no ser por la presión de fuera, y otras propuestas que tendrán que asumir desde Podemos, incluso desde UP y otras fuerzas. Y la gente quiere, queremos, hechos, no promesas pospuestas hasta dentro de cuatro años.

Que no confundan a Podemos las voces reaccionarias, paralizadoras, mezquinas, las voces europeas, las voces del buen sentido y de lo que tiene que ser, que tan abrumadoramente gritan en los medios y gritarán también en la calle. Que Podemos sea el Podemos que el pueblo necesita. Por cierto, no abandonemos la calle los que llevamos años en ellas, ahora es el momento de llenarlas de consignas de apoyo, y no dejarlas en manos recalcitrantes.

Y el futuro comenzará a ser nuestro, de la abrumadora mayoría de ciudadanos y ciudadanas. Ojo, esto no va a ser un camino de flores, hay que estar bien atentos. Esto no va a ser un cuento de hadas porque este país no es de cuento, aunque nos hayan contado todos los cuentos, va a ser un trayecto lleno de espinas, de traiciones, de mentiras y tergiversaciones, hasta es posible que de violencia de los que no renuncian a sus privilegios. Cada paso va a costar un mundo, por eso no se puede esperar y hay que aprovechar cualquier oportunidad. Porque si acaso esta historia tiene algo que ver con un cuento, el contenido está enfangado por los Rajoy, los Rivera, los Maruenda y un largo etcétera de lobos, aunque algunos se cubran con piel de oveja.

6 comentarios en «Balance electoral, y 4. Al lío. El futuro.»

  1. Vamos a ver si yo me sé explicar:
    Muchísimos de los simpatizantes de Podemos- yo entre ellos, aunque sea una romántica votante de IU- entenderíamos mucho mejor que Iglesias dijera que «aplaza» la exigencia de Referéndum, aunque yo estoy a favor de él, si se llega a un acuerdo con el PSOE sobre bases sociales y de libertad absolutamente imprescindibles. Del Referéndum se puede hablar después. Cuando haya un gobierno que plantee cambios sociales de verdad, la eliminación de esperpentos como la ley del aborto o la ley mordaza; lo que está claro es que si no hay un cambio de gobierno, ni va a haber referéndum ni va a cambiarse en este triste país una puta ley. Se está dando aquí toda la leña a Sánchez por el Referéndum, pero la responsabilidad TAMBIÉN la tiene Iglesias. O ¿quiere pasar por ser el primer partido de izquierdas que dejó gobernar a la ultraderecha por no ceder?…
    Unas nuevas elecciones NO aseguran la actual correlación de fuerzas; nadie asegura que en unas nuevas elecciones el voto no se concentre PP/PSOE y entonces, ¿qué?…¿le damos las gracias a Podemos por haber jodido el invento?…
    Debería recordar Pablo Iglesias que Allende intentó ser Presidente más de una vez…y sobre todo, que él NO es Allende. Y mira que yo lo siento.
    Perdona el rollo.

  2. Gracias una vez más Victor por tus cuatro entregas de análisis electoral. Uno de los aspectos que denota falta de «espíritu democrático» es la valoración de que el resultado de las elecciones expresa «ingobernabilidad». Claro,qué fácil es tener mayoría absoluta y olvidarse del resto de la cámara. En el fondo,el problema, pienso yo, es que el Parlamento no funciona como una asamblea, en la que prima el bién común y la independencia de los señores y señoras que allí trabajan. No, el parlamento son subconjuntos estancos de siglas que funcionan de forma excluyente. No hay creación. Hay imposición.
    Pero es que normalmente las personas también funcionan como entes estancos, separadas del resto. Suelen caminar con perspectivas estrechas porque no se han enriquecido de la diversidad maravillosa que les rodea. Y eso es lo que todas tenemos que cambiar.

  3. El Sistema sólo cambia o se transforma para seguir siendo el mismo. Nada de lo que dice Podemos ataca de raíz las bases del Sistema. Os mando este poemilla que escribí no hace mucho:

    Porque clamas al $eñor con tanto apremio,
    él te devuelve a cambio tu fracaso;
    nada puedes hacer en su terreno,
    sin saberlo te hundes en su fango.

    No esperes del $eñor sino mentiras,
    su libertad es yugo que te aprieta;
    dentro de ti ha colocado el bicho,
    que te hace creer en su inocencia.

    Y este otro:

    Por una puerta entraste y te quedaste frío,
    tal era la corriente que del lugar manaba,
    empezaste aperder todo tu brío,
    y a sentir que El Señor te reclamaba.

    Amores putos son los que encontraste,
    y a cada cual le diste su contento,
    de sumisión te fuiste recubriendo,
    y terminaste siendo salamandra.

  4. Lo que más me cuesta entender es que quienes estamos contra del bipartidismo, y lógicamente me incluyo, seamos incapaces de practicar lo que es una condición inseparable de cualquier forma de pluripartidismo resultante, que no es otra que la obligatoriedad que el diálogo, el pacto y la colaboración entre fuerzas que, aún siendo diferentes, comparten, al menos, los suficientes objetivos que permiten llegar a un acuerdo. No me gustaría entender que las llamadas a romper el bipartidismo se conviertan en consignas para llegar al monopartidismo de las mayorías absolutas.

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