Saltar al contenido

Carta abierta a Carlos Olalla

Carlos Olalla, querido amigo:

Todavía no he reaccionado, me siento conmocionado por la noticia que descubrí en el Facebook. Y han tenido que pasar unas cuantas horas, varios días, para que pueda dirigirme a ti, y por supuesto a esa magnífica mujer que es tu madre, Cristina.

No sólo por enterarme de vuestra situación económica, que aproximadamente sabía, aunque por experiencia sé que los demás nunca llegar a conocer exactamente cuál es la situación del otro, por muy amigo que sea, y por mucho que la expliques porque no te da vergüenza reconocerla. (Nosotros la voceamos, pedimos ayuda a los amigos, hicimos una asociación cultural para agradecérselo, lo sabes bien, y no creo que alguien se haya enterado exactamente en qué consiste nuestra miseria).

Tampoco por vuestra decisión de ir al metro a pedir ayuda a cambio de la lectura de unos poemas. No. Eso no me sorprende en exceso, es una decisión ingeniosa, valiente, generosa, descarada, que suma aumentar el nivel de queja y de combate que mantienes, con la mera necesidad, absolutamente real, de conseguir dinero para sobrevivir. Es decir, una decisión propia de un hombre que encara la vida mirándola de frente, como tú. Y a la que nos tienes acostumbrados, y no sólo, desde luego, por haber renunciado a las tablas del teatro como símbolo airado contra un gobierno, un estado que se mea en el arte y en la cultura, siempre que llegue una pizca más lejos del puro entretenimiento masificado, chabacano y hortera, sino por toda tu dedicación a las personas, por tu calidad humana y artística.

Eso, como la decisión que tomaste clamando por ese IVA salvaje y destructor sobre la cultura (y sobre otros productos esenciales)… has hecho lo que tenías que hacer, lo que todos tenían que hacer, sobre todo quienes podrían esperar a que esta situación cambiara (que en esta sociedad jamás estará resuelta), lo que todos tendríamos que hacer.

Me siento conmocionado por todo a la vez, por vosotros, por nosotros, por tantos amigos y familiares que lo están pasando mal, por este país, por sus gentes, por el desinterés hacía los seres humanos que demuestran estos gobiernos, estas frías maquinarias estatales no al servicio de la sociedad, sino para su control y castigo. (Esta no es la única noticia del mismo estilo en los últimos años, algunas mucho más dramáticas). Porque no nos quieren dejar vivir en paz, libres ni sin problemas de comida, salud o techo. Nos quieren esclavos, cuanto peor mejor para manipularnos con más facilidad, para tener organizado ese ejército de parados sin derechos que este capitalismo salvaje precisa para sus obscenos privilegios.

Me siento conmocionado porque cada día me llegan al corazón dolores nuevos, o dolores renovados. Cada día choco con la brutalidad del sistema imperante, directamente o en forma de noticia canalla. Me pierdo, ya no sé si es indignación, o rabia, o asco, o un poco de todo. Y no quiero caer en la desesperanza, porque hay solución, y está al alcance de la mano, salvo porque los más poderosos están empecinados en no consentirlo, y la mayoría de nuestros conciudadanos se prestan a su juego. Pero sólo queda perseverar frente a la estulticia del lavado de cerebro generalizado.

No sé cómo reaccionar. Por supuesto diciéndote algo que supongo tienes en cuenta: que esta es tu casa, que Kali Panoa está a tu servicio porque es una asociación que se mueve por solidaridad, que nace de ella y sólo vive por ella. Tal vez lo que debiera hacer es quedar contigo y con tu encantadora madre para sumarme al recitado de poemas en el metro, porque tal vez si somos muchos con similar bagaje alguna entraña se retuerza de vergüenza, aunque no creo, son pura piedra, su bolsillo es el que maneja la sangre dentro de su caja torácica; y porque sumarse a iniciativas que marcan caminos, es bueno, es saludable.

Tal vez no me creas, pero en alguna ocasión lo he pensado, eso de echarme a la calle con fotocopias de un relato mío, o con algo que pueda dar a cambio de ayuda, algo de lo que yo soy, aunque para esta sociedad no tenga el menor valor, siempre hay gente para la que sí.

Estoy desconcertado, Carlos. Pero aquí tienes mi mano, y con la mía la de miles que estamos a tu lado. Siénteme junto a ti, junto a tu madre. Suerte, querido amigo, venceremos. Te vuelan abrazos como los que siempre vuelan desde ti. Para ti y para tu madre. Y gracias.

Esta es la entrevista que les hizo la cadena SER

7 comentarios en «Carta abierta a Carlos Olalla»

  1. Todo mi apoyo y respeto por haber tomado una decisión tan dura pero valiente.
    Me comentan que está teniendo una interesante repercusión y que les han sacado en la radio. Un abrazo muy fuerte

  2. HUMBERTO NAPOLEON VARELA ROBALINO

    LA CARTA ABIERTA ESCRITA POR EL DESTACADO PERIODISTA Y ESCRITOR VÍCTOR CLAUDÍN, DIRIGIDA A CARLOS OLALLA Y SU SEÑORA MADRE,LLENA DE REVELDÍA Y ACUSACIÓN AL SISTEMA IMPERANTE QUE QUIERE NEGAR EL ARTE EN TODAS SUS MANIFESTACIONES,PONE EN ALERTA A LOS PUEBLOS DEL MUNDO DE ESTAS FORMAS DE TIRANÍA QUE CONCULCAN LAS LIBERTADES CREADORAS DE PENSADORES,ARTTISTAS,LITERATOS Y HOMBRES DE CULTURA.REVELEMOS AL MUNDO ESTE ACTO HEROICO ASUMIDO POR MADRE E HIJO EN DEFENSA DE LA LIBRE CREACIÓN ARTÍSTICA Y LA ASIGNACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS ECONÓMICOS QUE ELLA DEMANDA.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.