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Constitución o Muerte, Venceremos

Hoy se conmemora el establecimiento de la Constitución en España. Seguramente la noticia previa más destacada es la de la ausencia en la celebración de Podemos, IU, los nacionalistas catalanes y vascos de izquierda y derecha y no sé si alguno más. Y a mí me representan en esta decisión.

Nos han hecho creer (los que se ocupan en hacer creer al pueblo sobre la verdad y lo falso, lo justo y lo injusto de lo que pasa, dónde está el sentido común, qué es lo verdaderamente español, etc.) que la Constitución es un texto sagrado a manera a las Santas Escrituras, y que ellos fueron nombrados en su día eternamente, para que nadie lo manche, lo viole o, lo peor de todo, lo cambie.

La Constitución es un texto muy importante porque es donde se recogen las normas que rigen nuestra convivencia. Las normas más genéricas, las que determinan y marcan el carácter de la sociedad que formamos por nuestra mera existencia. Pero no es más que un acuerdo entre todos, o entre la mayoría.

Es un texto que se redactó por los próceres de la patria en un momento especialmente delicado. Acabábamos de salir de una feroz y sangrienta dictadura; nos decían que todavía se “oía ruido de sables”, es decir, nos amenazaban con una nueva intervención militar si las cosas “se salían de madre”; la más poderosa fuerza de la izquierda, el PCE, estaba, Carrillo mediante, en una operación de lavado de cara para que se aceptara su presencia con normalidad en el nuevo juego parlamentario, incluso con ganas de formar parte de algún gobierno. Así que la izquierda estaba débil, las ideas republicanas acalladas.

Lo que hay que tener en cuenta, y algunos otros factores. Y salió lo que salió: una Constitución imperfecta, parcial, demagógica, etc., pero ha sido la que hemos tenido, vale. Aunque en los apartados que tiene que ver con la gente normal, con el pueblo, los derechos impresos han sido papel mojado: los referidos a la vida cotidiana de la gente, a su felicidad, a su derecho a una casa, a un trabajo, etc.

Ahora todo el mundo dice que hay que cambiarla. Pero tengamos en cuenta que algunos, y me estoy refiriendo a los partidos del sistema: el PP, el PSOE y, ahora, Ciudadanos, lo que quieren cambiar es aquello que permita que todo siga siendo igual.

No, la Constitución no se va a cambiar en lo que debería para que todos viviésemos en un país gobernado por normas que nos hagan iguales. La Constitución no se va a cambiar para permitir que los territorios nacionales tengan el grado de autonomía o independencia que decidan tener. No se va a cambiar para evitar que el techo de gasto siga siendo un marcaje externo para que no se hagan presupuestos ajustados a las necesidades de todos. No se va a cambiar la Constitución para que la Ley Electoral nos permita decir que en este país se hacen, de verdad, elecciones democráticas y que cada persona vale lo mismo viva donde viva, al menos de una manera mucho más proporcional. No se va a cambiar para que en el inmediato futuro se pueda plantear la cuestión clave de si queremos vivir en una República o en una Monarquía, que si muchos dicen que esto es una cuestión del siglo pasado, yo les digo que lo que es de épocas glaciales es tener un Rey que no sea mago, apoltronado en su tradición.

No, la Constitución no se va a cambiar, aunque haya mucho que cambiar en la Constitución para acondicionarla a este siglo XXI con una sociedad plural como la nuestra. Los partidos del sistema, del régimen (repito para que quede claro: PP, PSOE y Ciudadanos), no van a consentir que se cambie ni una sola coma que no les vaya bien a ellos y a sus referentes comerciales, industriales, empresariales y bancarios a los que se deben. La correlación de fuerzas no permite que la Constitución pase a ser algo decente y útil a todos. Si se quiere modificar sustancialmente la Constitución lo que hay que hacer es trabajar para cambiar esa correlación de fuerzas entre la derecha inmovilista y la izquierda transformadora.

Yo hoy tampoco celebro la Constitución. Porque no se cumple en lo que merece la pena, porque ellos la cambian cuando les sale del pito, porque no ampara a una importante parte de la sociedad. Yo hoy no estoy de fiesta, por eso escribo.

10 comentarios en «Constitución o Muerte, Venceremos»

  1. No había nada que celebrar. Y por añadir algo: si la Constitución se «maquilla» y no cambia en las cosas que comentas, servidora- de nadie- votará NO.
    No pude votarla entonces. Acababa de cumplir en febrero los 18 años y hubiera votado NO. No pude: una oportunísima bronquitis me tuvo todo el día pegada a la radio.
    Creo que se votó lo que nos «ensartaron» tipo paquete con todo el pack.
    Nunca se ha hecho nada por construir un País de países. Por dejar a la gente ser libre para decidir su forma de estado.
    Seguiría, pero el tema me pone de los nervios: están queriendo volver a maquillar algo inicuo para que nada cambie.

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