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ETA entrega las armas. ETA no se disuelve

Me parece que la noticia es que ETA entrega las armas, incluso el ante título podría ir en el sentido de que tras cinco años de paz, ETA da un nuevo e importante paso en el proceso para cerrar la sangrienta etapa de lucha violenta. Pero no, para el gobierno y para los medios de comunicación oficiales (casi todos) el titular es que ETA no se ha disuelto, que ETA no ha pedido perdón, que ETA no se ha hecho el harakiri, porque hay que mantener la crispación.

ETA fue en sus orígenes una organización nacionalista antifranquista que empleaba la violencia para derrocar al dictador. Toda la izquierda le tenía simpatía, aunque algunos traten de negar aquella realidad. Luego las circunstancias sociales cambiaron y ellos continuaron su guerra, pasando al asesinato indiscriminado. Fue cuando ya se quedó sin simpatías fuera de Euskadi, y pocas en su tierra (o muchas menos, algunas mantenidas por el terror). Ocurrió que durante muchos años, incluso muerto Franco, se les seguía dando una justificación: la represión que se vivía en su tierra, también la guerra sucia del estado. (No quiero decir que hubiera la menor justificación para matar, de ningún modo, pero sí que las cosas se hacían mal desde el lado «bueno»).

Hace 5 años que dejaron las armas, ahora las entregan (bueno, vale, vamos a cerciorarnos, claro), en un proceso imparable para normalizar Euskadi en una convivencia en paz, encauzado cualquier anhelo legítimo en una actividad política legal.

Mientras, las víctimas (algunas) siguen marcando el discurso y la actitud y el comportamiento del gobierno y de su estado. Un discurso de odio, de revancha, de aplastamiento. Una verdadera locura que el comportamiento del estado de todos sólo actúe movido por la sed de venganza de algunas víctimas. No hay tregua, no hay ni agua para la ETA vencida, no hay concesiones posibles. No hay aire. En contra de todas, absolutamente todas las demás fuerzas políticas que actúan en Euskadi.

La democracia española ha vencido a ETA; bueno, yo lo diría de otra manera porque eso de la «democracia española» da mucho que hablar: Las circunstancias de la sociedad vasca y española en la actualidad han logrado que, finalmente, ETA reaccione abandonando una línea criminal, pero también suicida, de actuación; lo que no impide que paralelamente se haya producido un proceso de reflexión interno por el que hayan llegado a esa convicción.

Entonces el chulo revanchista del Estado les dice: pues os vamos a machacar, y hasta que no os arrastréis hasta nuestros pies, pidiendo perdón lastimosamente… entonces os aplastaremos como a  unas sanguijuelas. De ahí que no se vayan a tomar medidas de gracia.

Y está bien, no hay concesiones de gracia. Está bien. Pero lo que es exigible al estado es que aborde aplazadas cuestiones de justicia, como la del inmediato acercamiento de los presos vascos a Euskadi. ¿Y para cuando se deja que el estado pida perdón por el comportamiento que ha mantenido contra el pueblo de Euskadi?

Yo fui de los que simpatizaban con ETA, yo he sido de los que se espantaban por las actuaciones de ETA en esta mal llamada democracia, yo salí a manifestarme contra ETA en algunas ocasiones, sobre todo recuerdo la muerte de Miguel Ángel Blanco (la primera y la última que compartí calle con la gente de la derecha del país). Ahora lo que me toca es ver al gobierno de España, magnánimo, pero sobre todo, justo, pensando más en el futuro y en la paz que en la revancha y en el odio, en defensa de un país que peleando por sus más mezquinos intereses.

4 comentarios en «ETA entrega las armas. ETA no se disuelve»

  1. La batalla moral se ganó, primero, con la reacción popular tras la muerte de Miguel Ángel Blanco. La batalla policial se ganó después con la política de palo y zanahoria (acción policial y diálogo a la vez) de Rubalcaba y Zapatero. La batalla política, hace cinco años, con el anuncio del abandono de la violencia y con el abertzalismo representado en el parlamento. Queda la batalla del relato, que se la disputan, nuevamente, los jodidos nacionalismos. El español con su tradicional «todo es ETA: la oposición que defiende la plurinacionalidad, hablar de acercamiento de presos, los titiriteros o los twitter. Y el vasco, vendiendo los crímenes de ETA como una consecuencia equidistante a la violencia del estado en uno de los territorios con más privilegios autonómicos y ricos del mundo.
    ¿Por qué tengo la sensación de que nuestra incapacidad de mirar de frente lo que significó el franquismo, nos impedirá ahora mirar de frente lo que significó ETA?

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