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Fraude, ¿los demonios andan sueltos?

El resultado de las elecciones de ayer, 26 de junio del año en curso de 2016, frustran las ilusiones de cambio de la izquierda y consolidan a la derecha corrupta al servicio de los privilegiados que representa el PP. Vivo dos sospechas que, tal vez bien mezcladas, expliquen tal resultado. La primera es absolutamente verídica: que la gente de nuestro país está mediatizada por los grandes medios de comunicación (algo que suelo repetir hasta cansarme) al servicio de los bancos y las grandes empresas. La otra es que podría haberse dado un pucherazo. Esta suele ser una justificación para los perdedores, pero ¿y si fuera cierto? ¿Exigimos el análisis detallado de lo sucedido y un conteo manual?

Decía algo en mi anterior entrada en el bloc. La izquierda, haya pasado realmente lo que haya pasado, tiene que hacer un trabajo que no hace: trabajar por un cambio cultural y de valores frente al impuesto por los trogloditas que nos han gobernado desde, fijaros lo que digo, el golpe de estado franquista contra la Segunda República. Tiene que centrarse en crear canales masivos de información y formación que, finalmente construya personas adultas y críticas, y rompa con los mecanismos de crear siervos y adoradores del pensamiento único que se tragan lo que les dictan sin preguntarse lo más mínimo.

Esa es la primera parte, la segunda, la opción de un posible fraude, reflexión en la que me voy a centrar, recordando algunas cosas.

Tradicionalmente las encuestas sólo sirven para manipular la intención del voto, para manejarla según determinado criterio, y no suelen acercarse demasiado al resultado final. Pero de ahí al desastre que han sufrido en esta campaña, va todo un mundo, el que va de un resultado, casi al contrario. Y eso es raro.

Tradicionalmente, al sondeo a pie de urna le pasa lo mismo que a las encuestas de campaña, no fijan lo que sucede al final, pero sí anticipan una tendencia, prevén un escenario. Ayer fue la primera vez que no ocurrió así, sino todo lo contrario. Y eso es raro.

Todos conocemos al individuo ese que se apellida Inda, que dice que es periodista y que está al servicio del PP, por lo que no se le puede negar la cualidad (sí, al menos tiene esa) de saber muy bien de intrigas en esa cueva de ladrones (si tienen que aplicarme la ley mordaza que me la apliquen, pero es que es una evidencia), y de lo que se cuece en las entrañas del “monstruo”. Anoche estuvo de comentarista en LaSexta, que para eso parece haber nacido. Cuando se dieron los datos del sondeo a pie de urna, quedó callado, pero su rostro no expresó desolación (que es lo que le venía a cuento) sino que se marcó estupefacción, como que claramente esperaba otra información, eso al menos leí yo. Esa pudo ser una percepción muy mía, muy subjetiva, pero lo que sí es objetivo, y se puede confirmar viendo de nuevo la grabación, es que en un momento de la noche intervino con cierta timidez para señalar, cuando el PP ya tenía 134 ó 135 escaños, (no me acuerdo exactamente) que… (y aquí no le entendí bien) que el partido tenía información, o una encuesta propia, o algo así, por la que no se quedaría ahí, que mejoraría el resultado y se quedarían entre 137 o 138  escaños. Y lo clavó. Sí, lo clavó, ¿Sabía el Partido Popular, o alguien determinado del Partido Popular al que el individuo ese que es Inda tiene acceso, la cantidad exacta que sacaría el PP contra todo pronóstico? Por favor, fijaros bien en esa intervención a la que nadie hizo caso, que pasó casi inadvertida, pero os aseguro que pronunció esas palabras. Y eso es muy raro.

Hay algo imperceptible que se siente ante unas elecciones. Se intuye quién tiene que pagar lo hecho o quien va a sufrir un descalabro, quien puede ganar. Meras percepciones de hilos invisibles que, unidas a los sondeos, crean un clima determinado, un ambiente que propicia lo que se espera. Unidos Podemos ha ido subiendo, mientras palpaba que algo importante podía lograr. Pero ha ocurrido exactamente lo contrario. Y eso es muy raro. Es posible, porque todo cabe, que todo el mundo que te rodee mienta, que te mientan los vecinos que cuentan que han cambiado su voto, etc. pero es que además, hay que sumar a lo que es el PP: partido corrupto, el partido culpable de los desastres que se han sucedido, uno detrás de otro a lo largo de cuatro larguísimos años, un líder mezquino e inútil,  además que incapaz de articular una frase con sentido y fuera de tópicos, que no tiene nada que decir y que, además, es feo, y que durante la campaña ha seguido sufriendo reveses, produciendo el efecto contrario de lo que tendría que haber sucedido. Y eso es muy raro.

Además es que estamos ante un resultado perfecto para el PP. Nadie lo habría imaginado mejor… salvo el que haya podido diseñarlo.  ¿A qué me refiero?

Vayamos por partes, como dijo Jack el Destripador. Aunque se pueden dar explicaciones opuestas a las que yo voy a dar, lo acepto.

Unidos Podemos obtiene exactamente el mismo resultado en escaños. Ni uno más ni uno menos, se han sumado los que sacó Podemos a los que sacó Unidad Popular y han dado los 71. Iban a superar al PSOE, incluso podían discutir el primer puesto al PP, pero se han quedado exactamente igual. Bueno, mucho peor, porque han perdido un millón de votos. Lo que tenía que haber sumado, y crecido, se ha vuelto una disminución. Perfecto, no. No se le crea un gran problema dejándole los mismos escaños, para que no se tire al monte, pero se le para los pies diciéndole que ha perdido apoyo popular. Además, se mantiene un éxito en Cataluña y en Euskadi, difícil entender lo contrario, donde tampoco está tan mal que un partido que no defiende la independencia gane a los enemigos de la marca España, aunque lo de que ganara también se debiera haber producido en Valencia y en Baleares, por ejemplo, pero ahí su triunfo ya no sirve para nada a las fuerzas del orden y de la unidad.

El sistema no funciona si el PSOE se hunde, que era lo que se barruntaba en todos los rincones (salvo en la mente calenturienta de sus más altos dirigentes y ex dirigentes), por eso una consigna clara tenía que ser salvarlo. Y eso es lo que se ha hecho. Se merecía un pequeño castigo, además de debilitarlo para que no tuviera más remedio que asumir el apoyo, directo o indirecto, al PP. Por eso se ha producido una pérdida razonable, explicable, que le permitía seguir siendo el líder de la izquierda (sic), un partido que ha perdido ya todas sus señas de identidad, para seguir siendo muy útil para mantener las cosas como están y para consolidar el sistema, por eso no podía perder demasiada fuerza.

A Ciudadanos había que darle una colleja, se lo estaba creyendo demasiado y podía afianzarse en su papel de sustituto del viejo PP. Además, ese era el granero de los votos que necesitaba el PP para ganar sobradamente, para ser el partido que forme gobierno, etc.

Y lo han hecho tan inteligentemente que no ha sido descarado, no han llegado a sumar los escaños Ciudadanos y PP para formar gobierno, lo que hubiera sido ya demasiado chocante, pero lo han dejado a puntito para que, con los canarios y alguna otra ayudita de las derechas nacionalistas, logren el gobierno, porque en aras a salvar España “toito te lo consiento” menos que no me votes. Si acaso el PSOE no se atreviera a lo que su naturaleza actual le convoca: permitir el gobierno de Rajoy.

Y tanta meticulosidad en el resultado es muy muy raro, intensamente raro.

Naturalmente no nos podemos olvidar que quien se ha encargado de velar por la limpieza de las elecciones ha sido un tipo que ya no debería estar en el gobierno porque se le ha pillado conspirando para perjudicar a partidos de la oposición, así que estamos hablando de un tipo sin escrúpulos. Y además, el PP ha encargado a la empresa INDRA hacer el recuento, tras haber ganado el concurso de este trabajo con una bajada nada menos que del 40%. Y ese trabajo nadie lo ha fiscalizado… salvo el tal tipo siniestro del ministro del interior… o los suyos, supongo.

Según estoy escribiendo este blog me ha llegado la iniciativa a Change.org la iniciativa para solicitar una auditoria (https://www.change.org/p/junta-electoral-central-auditor%C3%ADa-de-las-elecciones-generales-del-26j?recruiter=26057375&utm_source=share_petition&utm_medium=facebook&utm_campaign=autopublish&utm_term=mob-xs-share_petition-no_msg&fb_ref=Default), y también otras opiniones que van en el mismo sentido que mi opinión, ofreciendo otras hipótesis y otros datos, por ejemplo: https://pensandopodemos.wordpress.com/2016/06/27/fraude-electoral/

Permitirme que haga publicidad de mi última novela. Se titula “Los demonios andan sueltos” y cuenta el posible fraude que se llevó a cabo en las primeras elecciones supuestamente limpias que el PRI organizaba en México, en 1994. Se pudo tratar de un fraude químico, perfectamente establecido, con una fórmula que se aplicaba para saber el resultado obtenido en cada una de las casillas, y que yo ficciono con todo detalle. Desde que me documenté sobre aquel posible fraude, siempre tengo presente que, a día de hoy, todo es posible. Cualquier manipulación cibernética es posible, cualquier manejo en interés de un partido gobernante es posible. Por eso estaba alerta, sobre todo cuando se produjo un vuelco tan desorbitado.

Y si tenemos en cuenta que el resultado de estas elecciones no sólo afectan a España, sino que las altas instancias europeas y mundiales estaban rigurosamente atentas, porque el posible triunfo de Unidos Podemos ponía en riesgo los privilegios de los más poderosos, de las transnacionales, de los bancos europeos y americanos, etc. Hasta de una Europa, cruel, insensible, volcada exclusivamente en sus beneficios económicos. Cualquier medio necesario estaba al alcance de la mano de nuestros gobernantes.

Presionemos para que la auditoria se produzca, para que haya un nuevo conteo manual de las papeletas. Y así nos quedemos tranquilos, pensando que todo esto no es más que el fruto de la rabia y la indignación por saber a qué cuatro años más de miseria y políticas contra la gente nos aboca este resultado. De destrucción de todo lo bueno que teníamos, aplazando cualquier reconstrucción de lo ya perdido.

Sí, mientras no se demuestre lo contrario. Grito ¡Fraude! Los demonios andan sueltos.

7 comentarios en «Fraude, ¿los demonios andan sueltos?»

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