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La España de los muertos vivientes

Fue la noche más calurosa del verano en España, en Álora, todo un castigo, con una luna redonda y entera, enrojecida. A la noche dejé las redes con comentarios a la entrada anterior sobre la intervención de Luis Pastor en el homenaje a Carlos Cano. Y, claro, tuve un sueño. Estaban dando un golpe de estado en la esquina de mi calle, pero lo peor es que nadie se daba por enterado, todos seguían con sus ocupaciones habituales, nadie reaccionaba. Sudaba frío. Una pesadilla de muertos vivientes, que fue tal cual, de verdad. Y ya lo he entendido todo.

El 15M representó una ventolera de aire fresco que logró la simpatía de más del 80% de la población, aunque fuera una minoría la que salió a las calles y a las plazas, y mucho menor todavía la que fue quedando con el paso del tiempo, representando una voz testimonial, una mosca cojonera. Sin embargo, el 15M sigue presente en un montón de ideas nuevas que han impregnado a la sociedad, y en el espíritu y la caracterización de muchos movimientos sociales y organizaciones asamblearias. La simpatía por las ideas del 15M se ha mantenido más o menos intacta. Pero eso, al parecer, no significa nada, o, lo que es lo mismo, desde el sillón de la casa de uno, se puede pensar en paz, libertad, solidaridad y hasta en revoluciones, pero cuando hay que ser social, y participar en lo colectivo, incluso votar, las ideas se silencian y se aquietan con el mando de la tele.

Sigue habiendo una mayoría de votantes que asume al Partido Popular como partido al que seguir, haga lo que haga, diga lo que diga, represente la mierda que representa, o, en todo caso, como mal menor frente a otras opciones que los medios construyen como aventureras, arriesgadas, incluso diabólicas, y ellos se quieren creer. Por comodidad, por miedo, por ajustar sus ideas y su simbología personal, a los símbolos y el ideario conservador y tradicionalista del partido.

Por otro lado se discute mucho sobre si el PSOE es un partido de izquierdas o de derechas (porque lo del centro es una entelequia), cuando desde las primeras elecciones de esta serie que no va a parar, ya ha tenido en sus manos la formación de un gobierno progresista y no ha querido hacerlo. Aún hoy podría, y no quiere porque está en la defensa del actual estado de cosas, que no de su transformación. Así que el PSOE demuestra cada día ser un partido del sistema (sistema caduco, tirano, capitalista salvaje…)

Lo que ha pasado en España desde que el PSOE cambió la Constitución, sometiéndola a los intereses económicos europeos, se ha producido en el país un bochornoso golpe de estado a fuego lento (y no tan lento) que se ha cargado libertades, derechos laborales, sindicales y sociales, que nos ha devuelto a una España de dos velocidades en la que los pobres son mucho más pobres, los ricos mucho más ricos y las clases medias han desaparecido engullidas por el espanto del paro y. Por eso, hoy, la vida es mucho más difícil que antes.

Lo han hecho de tácito común acuerdo el PP y el PSOE.

Pues bien, ante ese golpe de estado que han dado en este país, la gente mayoritariamente sigue a lo suyo, emborrachada de los valores trasmitidos por Tele5, Antena3, La Sexta, las que pagamos todos, etc. Gente inane, que deja hacer, tan satisfecha de que haya corrupción, de que les hayan robado, de que les hayan quitado casi todo, que vuelven a votar a los mismos desalmados, que están en el PP y en el PSOE (yo no tengo ya que ser políticamente correcto y Zapatero vendió al país y ahora el tal Sánchez sigue traicionando a los que dice representar). Puede que luego, dentro de varias décadas, se den golpes en el pecho por haber consentido, por ejemplo, el canalla y asesino trato que Europa está dando a los refugiados, o el drama que ha estado provocando el sistema consentido entre nuestros vecinos, y hasta en nuestras propias familias.

Y eso es lo que soñé: una pesadilla de muertos vivientes que no fue más que el reflejo de la realidad actual de mi país. Porque cuando uno se despierta y regresa a casa, a la vida cotidiana, comprueba que suma y sigue, que cada uno cumple con el papel adjudicado. El PP y el PSOE defendiendo el sistema, la mayoría de la gente vuelta de espaldas para no aceptar la realidad que tiene delante, y otros, por cierto, bastante perdidos.

12 comentarios en «La España de los muertos vivientes»

  1. Totalmente de acuerdo con lo que escribes querido amigo Víctor. Tenemos buen diagnóstico pero no veo qué podemos hacer para revertir esta penosa situación.

    1. Efectivamente, lo grave es, coincidiendo en el diagnóstico, dar una respuesta que nos saque del actual estado de cosas. Bueno, asumir donde estamos es un primer paso indispensable. Luego hay muchas cosas que se pueden hacer porque una salida milagrosa sabemos que no existe, o que ni siquiera sería bueno; yo pienso decir algunas de ellas, otras se saben y son del conocimiento general. Reflexionar, individual y colectivamente, sin dogmatismos, sin prejuicios, sin miedo a la autocrítica, con valor, con radicalidad. Y participar, hacer sociedad de la que tanto estamos faltos por cobardía, por miedo y por la venda que tantos aceptan tener en los ojos para no ver lo que les rodea. Desde luego no hay respuesta fácil a lo que planteas, pero vuelvo a decir que lo primero es saber qué pasa. Y eso lo vamos sabiendo.

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