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Las eurovisivas primarias del PSOE

Lo voy a empezar diciendo muy claro: Da igual quien gane la secretaria general del PSOE, nada va a cambiar, cualquiera de los tres candidatos harán una política al servicio del sistema actual, sin la más remota intención de transformarlo en un sistema justo, solidario, igualitario, culto y decente (por muchas palabras en sentido contrario que les oigamos). Nos quieren hacer creer a los ciudadanos que hay tres alternativas pero, en el fondo, son exactamente la misma. Idénticas.

Pueden ofrecerse todo lo que quieran como representantes de las bases, o por ser piezas obedientes del aparato. Van a seguir haciendo la política económica que quiere el gran capital, como lo han hecho hasta ahora los socialistas desde que Felipe González llegó al poder, y que sus empresas han premiado con buenos cargos para sus dirigentes más necesitados. No digo que sea lo mismo que el PP, no, el PSOE es la alternativa del PP, y viceversa, para que el sistema siga siendo como es. Y por eso se tienen que distinguir. Les separan matices en política social, siempre y cuando no cuestionen lo fundamental, ni sean «excesivamente» avanzadas.

No nos engañemos jugando a saber si uno es más de izquierdas que la otra, eso es el juego galáctico que han planteado ellos: los medios comprados, los partidos del sistema, los poderes económicos. La realidad es que, como ellos mismos dicen, son compañeros, lo que quiere decir que en las cuestiones clave piensan igual, o muy muy, pero que muy aproximado. Por mucho que ese periodicucho que es El País diga en su portada que hoy se decide el futuro del centro izquierda, el PSOE es un partido conservador, un partido que legitima y defiende el sistema de capitalismo salvaje actual (aunque se mantengan en su interior militantes que se sienten pertenecientes a un partido de izquierdas, negándose a sí mismos una visión certera de donde están).

Partiendo de esa visión de la realidad, en la que creo a pies juntillas, sí encuentro alguna diferencia en las maneras de ser de cada uno de ellos, entre la Susana y el Pedro, que son los que cuentan, porque a Patxi lo han lanzado exclusivamente para debilitar la opción sanchista. Lo cuento para participar con mi opinión (porque me gusta mojarme desde que nací) en lo que es un sainete, porque ni siquiera llega a la categoría de zarzuela, dentro de la Gran Ópera de esta maldita Democracia (como la llaman y que dista mucho de serlo).

Lo que tiene Susana Díaz, además, es que es impresentable. Es la típica política que no dice absolutamente nada en sus parrafadas demagógicas (prometo que me he esforzado escuchándola), seguramente porque no tiene nada que decir. No quiere hablar y, para colmo, no sabe, siguiendo la tradición de otros honorables ilustres como nuestro actual presidente del gobierno, máximo exponente de dicha corriente de parlamentos invertebrados y sin chicha.

Susana Díaz me importa un rábano si es la portavoz oficial del aparato y vocera de las grandes mentes de ese partido, o si es el alma de los militantes, en verdad es sólo un engendro populachero cuyo espacio natural es el de los programas de cotilleo de Tele 5 o Antena 3, por ejemplo.

Lo que hemos sabido de su «programa cultural», no sólo es un insulto a la inteligencia y la síntesis de su visión del país y del mundo, sino que también es la desfachatez de una señorita pija, la desvergüenza de una mimada que no sabe que la vida comienza donde acaba ella.

Es repugnante imaginar siquiera que alguien como ella pudiera llegar a ser presidenta de nuestro país, o que vaya a ser dirigente de un partido que podría suavizar ligeramente el maltrato del gobierno Rajoy a los ciudadanos. Exactamente igual de repugnante que saber que ese Rajoy lleva años manejando con impunidad nuestros designios, fabricando un país a la medida de las necesidades de sus amigos los poderosos, a quien sirve desde su estulticia (y nuestra dejadez, incluida la confusión en que está sumida lo que ni siquiera llega a la categoría de oposición).

¿Y de Pedro Sánchez qué decir? Pues que ya le conocemos, que sabemos qué va a decidir en los momentos clave, contradiciendo toda la espuma de pseudo izquierda que se le escapa por la boca.

En fin, que la votación de estas Primarias del PSOE es similar a la de Eurovisión, y eso tiene su gracia seguirlo desde las 8, para recontar una y otra vez los votos que vayan llegando a Ferraz, tal vez soñando en que se produzca una sorpresa como la de Portugal este año, olvidándonos de que Portugal no cuenta en esta otra historia, donde sólo participan monigotes.

(Con todo respeto y sin ánimo de intromisión en los asuntos internos del PSOE, ¡faltaría más!)

9 comentarios en «Las eurovisivas primarias del PSOE»

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo. Es más, creo que al poder real le podría interesar en último extremo, una victoria de Pedro para debilitar a Unidos Podemos y escenificar, en el seno de su programa, la recuperación de exmilitantes socialistas manejandolos a su antojo perdiendo así, la capacidad de acción del auténtico partido de izquierdas que tanto les molesta.

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