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Lo que no dije en Antena 3

paroCuando uno está ante un micrófono, o ante una cámara (y creo que es algo bastante generalizado) hay cosas que no dice porque se le pasan en ese momento, porque tiene otras cosas que decir y entonces ésa precisamente no entra en lo que dice, y porque es una regla que en el segundo posterior es cuando se te ocurre aquello que te hubiera gustado decir. A mi desde luego me pasa, siempre hay algo que pienso que debiera haber dicho cuando ya es tarde. El otro día me invitaron al programa de Espejo Público de Antena 3 en mi condición de parado mayor de 50 años. Y aunque me lo pensé, porque me lo pensé debido a esa fobia que siento por los programas de la tele, decidí ir por si podía “colar” algo de lo que pienso, en la línea de aprovechar los altavoces que se consigan para decir cosas sensatas, corrientes, normales.

Primero eso de ir en mi condición de parado mayor de cincuenta años y de larga duración, que ya va para cinco años. Y es que parece que parado es una condición, y además, ahora, un espectáculo. Pues desempleado, que es el término más correcto sobre todo en la mayoría de los casos, es una tristeza, nacida de una situación provocada por los que gobiernan si estamos hablando de una situación generalizada como la que vivimos desde hace años.

Cuando me dice el que tengo a mi lado que gané mucho dinero con el Elígeme o el teatro Alfil me hubiera gustado estar suficientemente despierto como para decir que sí, que bastante dinero, siempre en una cantidad que uno puede ganar trabajando, pero que desde luego no para acumular una fortuna como la de la familia Pujol, la de Bárcenas o la de cualquier ministro de casi cualquier gobierno, cúpula de un partido tradicional, gran empresario, etc. Además de que nosotros reinvertimos en una discográfica que terminó dejándonos una importante deuda. Amén de que han pasado ya más de veinte años de aquella maravillosa aventura, por lo que la pregunta parecía que sólo era insidiosa.

Luego vino la que debía ser la psicóloga oficial del programa, que tenía que dar una recta que para eso la pagan, y resumió por el lado de que había que reinventarse. Traté de decirle que yo estaba harto de reinventarme, ahora no viene a cuento lo que he hecho, lo que he intentado en estos cinco años. Pero me faltó, porque ya no había tiempo para mi, que los que tenían que reinventarse eran los representantes públicos, los que se ocupan en resolver los problemas sociales, o que se supone que se dedican a eso, vamos. Es un problema de política, de manera de administrar, es cuestión de que a ti te encuentre un estado, un gobierno que trabaja para gente como tú o que te descuide un estado, un gobierno que trabaja para beneficiar a sus amigos, a los privilegiados que luego le van a compensar sobradamente, como el de Rajoy y, antes, el de Zapatero, para no acordarme de otros anteriores.

Sólo pude decir que la única esperanza es que las cosas cambien. Y se acabó.

En realidad llevaba pensado el mensaje que no pude trasmitir: mi problema individual, como el de casi nadie, no se resuelve más que colectivamente, para eso tengo que participar con los demás en cambiar las cosas de cómo están a una forma humana, racional, igualitaria, justa, de hacer las cosas, progresista, claro. Que es lo que hago, esa ha sido y será mi reinvención cotidiana: seguir estando en la calle contra este sistema, es mi forma, también, de combatir el paro.

Puedes ver la entrevista en: http://www.antena3.com//videos-online/programas/especial-20-anos/partir-anos-eres-invisible-mercado-laboral_2014082600030.html

6 comentarios en «Lo que no dije en Antena 3»

  1. Me hubiera gustado escucharte en el programa. Creo que das en el clavo, porque el problema principal de los parados mayores de ciencuenta, entre los que me incluyo, es esa sensación que queda y que se te hinca cada mañana: ¿Qué he hecho mal? Bendita educación que hemos recibido e impartimos hoy más que nunca: la culpa. Y para terminar: la sensación siguiente a la culpa: la soledad. Porque el «sálvese quien pueda» es lo que se respira en este espacio político-social donde el periodismo de calle, el de verdad, ha dejado de existir en los medios públicos. Ala, a sufrir pero calladito

  2. Efectivamente, es un espectaculo más.Un numero circense. Pero para el que vive esa realidad, es un numero doloroso para el desempleado de larga duración, o para los que son desempleados por ser jóvenes.
    La soledad es lo peor, soledad ante las barbaridades que se están cometiendo, soledad al no poder encontrar tu lugar donde poder pelear, soledad de no poder entenderme,ni con los que aparentemente tienen tus mismas ilusiones, soledad de los jóvenes, de los desempleados, pensionistas y de las otras capas más limites de la ciudadanía.

  3. Durante mi vida laboral ( ahora estoy jubilada y desde hace años) he sufrido momentos dificiles durante algunos periodos sin trabajo cuando ni siquiera existia el paro;claro que cuando elejí la profesion que elejí ya sabía a lo que me exponía y además todavía era joven y contaba con mucha energía para salir adelante y pude hacerlo; eso me sirvió de experiencia para saber lo duro que resulta querer trabajar y no encontrar trabajo. Lo que ahora ocurre es tremendo, porque después de una etapa de progreso estamos retrocediendo sin parar y esta carrera hacia atras parece no tener fin. Personalmente me considero una persona privilegiada ya que percibo una jubilación digna aunque cada vez con menor capacidad adquisitiva, pero no puedo evitar que lo que sucede a mi alrededor me afecte seriamente y me duela, porque el sufrimiento de los otros tambien es contagioso, y considere que es absolutamente necesario hacer algo para que todo cambie.Además tengo dos hijos que con 50 y 54 años se han quedado sin trabajo y te aseguro que me dá mucho miedo. Así que te entiendo..claro que entiendo tu rabia y tu amargura. Un Abrazo, Victor..seguiremos adelante.

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