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Mala hierba, de José Luis Muñoz

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Lo que me ha gustado de esta novela de José Luis Muñoz, que ha sido mucho, comienza por su título, que me parece muy acertado: Mala Hierba. Un policiaco con el aire de las novelas del Estados Unidos profundo, del sur racista, donde el calor hace estragos en mentes de por sí calenturientas, a la manera de William Faulkner, Joyce Carol Oates o Jim Thompson.

Sí, lo mejor de la novela, sin la menor duda, es la atmósfera que ha creado, digna de los mencionados, y de muchos otros grandes autores. Una atmósfera cargada de tensiones latentes que, por una sacudida social, se desparraman en esa localidad donde José Luis ha situado la novela: Arkaham, en la costa oeste americana. Y lo que parecía un pueblo apacible, trenzada de relaciones familiares, amables, fraternas, se descompone en un torrente de enemistades, y hasta de crímenes.

En la contraportada, un párrafo de la crítica aparecida en la revista Leer nos informa que José Luis Muñoz es un “novelista especializado, posiblemente a partes iguales, en los géneros erótico y negro”. Y así lo comprobamos también en la lectura de este título. Esa atmósfera está sudada de relaciones tórridas, en ocasiones bella y minuciosamente descritas. Relaciones traidoras, tal vez por relaciones ausentes, relaciones viciosas.

José Luis nos presenta una serie de personajes de carne y hueso: el sheriff, su ayudante, el doctor, el enterrador, el reverendo, las mujeres de algunos de ellos… Y Sussy, la libertina más promiscua del condado. Y un negro fugado de la prisión que aparece en el pueblo, con ánimo justiciero, desencadenando la tormenta.

Hasta el más santo recibe aquí lo suyo, por su hipocresía, por su falacia.

Una novela en la que parece que la historia se va a limitar a la creación de ese ambiente, al entrecruzamiento de personajes y de sus demonios interiores. Para luego dispararse en la sacudida mortal de la localidad.

Una novela social, también, porque los escritores realistas, y los de la narrativa social, se han infiltrado en el género negro con la aquiescencia de sus autores, para estar a la altura de las posibilidades expresivas y de popularidad que concede. O los escritores de género se han aprovechado de que la narrativa social se ha difuminado, para aprovecharse de sus preocupaciones.

Novela atractiva, contundente. Yo la acabo de leer en esta reedición en la colección La orilla negra que dirige el propio José Luis Muñoz, de quien sí conocía otras obras como La Frontera Sur, con la que ganó el IV Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona, una novela muy seria, en torno a la frontera entre Estados Unidos y México; y aquella su segunda novela, Barcelona negra, espléndida igualmente, que ganara en 1985 el premio Azorín y donde ya se apreciaba su calidad y se vislumbraba que iba a convertirse en uno de los escritores más sólidos y maduros de novela negra de nuestro país, si para entonces aun no lo era.

Muy recomendable Mala hierna, así como recomendable seguir de cerca esa orilla negra.

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